La historia de amor más grande, el romance sin igual, es el que tiene
Jesucristo con su Iglesia. Jesucristo esta preparando a la que por toda la
eternidad será su esposa, la Iglesia.
Como toda novia, la Iglesia esta siendo preparada para el día de las
Bodas del Cordero. Y será "una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha, ni
arruga, ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha" Efesios
5:25-32.
En el Antiguo Testamento tenemos una historia que ilustra muy bien lo que
Dios esta haciendo con su iglesia. Es la historia de cómo fue escogida la
esposa para Isaac (Génesis 24). Esta historia es un bello cuadro bíblico, con
tremendas lecciones espirituales.
Después que murió Sara (que puede representar a Israel), Abraham decide
conseguir esposa para Isaac (que representa a Cristo, el heredero). Llamó a su
siervo o criado en quien tenía confianza (que representa el Ministerio), y lo
hizo jurar que no le consiguiera esposa para Isaac de entre los cananeos (el
mundo), sino que fuera a traerle una esposa especial para Isaac de entre su
parentela.
No podía llevar a Isaac allá, sino que se la tenía
que traer adonde estaba el Padre. "Y sí la mujer no quisiere venir en pos de ti,
serás libre de este mi juramento" (Génesis 24:13). Nos toca hablar y dejar lo
demás en las manos del Señor. "Dios de los cielos... enviará su ángel delante
de ti, y tu traerás de allá mujer para mi hijo" Génesis
24:7.
Cuando llegó el criado a la ciudad de Nacor, arrodilló a los camellos al
lado del pozo, fuera de la ciudad, y oró: "Oh Jehová... he aquí yo estoy junto a
la fuente de agua... sea pues, que la doncella a quien yo dijere..." Génesis
24:12-14 que me dé de beber, y que respondiere aun ofreciendo dar agua a los
camellos, sea la que será esposa. Note que, la esposa fue escogida por la
forma que reaccionó a las aguas. Jesús hoy también escoge a los que van a ser
parte de su iglesia, de su esposa, por las agua, ¡las aguas del
bautismo!
Jesús también obró así con la mujer samaritana "Dame de beber" Juan 4:7.
Cuando ya le has dado al Señor lo que tienes (aunque no sea mucho), entonces El
te da de lo de El. La mujer samaritana fue probada también en las
aguas.
Cuando el siervo de Abraham oró de esa manera: "Y aconteció que antes que
el acabase de hablar, he aquí Rebeca…" Génesis 24:15. Las cosas salen bien
cuando se hacen correctamente.
Luego, llegaron a casa, dando a conocer el propósito del viaje del
criado. Pero, la decisión final dependió de Rebeca: "Llamemos a la doncella y
preguntémosle,... y ella respondió: si iré" Génesis 24:57, 58. Jesús dijo:
"Sí alguno quiere venir en pos de mí..." Depende de cada
individuo.
"Y sacó el criado alhajas de plata y alhajas de oro, y vestidos, y dio a
Rebeca" Génesis 24:53. Somos investidos del don (o regalo) del Espíritu
Santo, y también recibimos los dones del Espíritu.
En su largo peregrinaje para encontrarse con el esposo (que representa la
vida cristiana y nuestro caminar aquí en la tierra hasta que Cristo nos venga a
recoger), cada vez que veía esas alhajas se acordaría que era real y no un error
o una ilusión. La Biblia nos enseña que el Espíritu Santo son las "arras" (el
anticipo o depósito) de nuestra herencia.
Por fin Rebeca vio a su Esposo (por primera vez), a quien no había visto
antes (solo por la fe), y vivió siempre con El. "Así estaremos para siempre con
El Señor" 1 Tesalonicenses 4:17.
Ya se acerca el día de "Las bodas del Cordero", terminará nuestro largo
viaje. Pero, hay que seguir el mismo proceso, solo que en forma paralela,
cumpliendo con el plan de salvación.
"Si ven, Señor Jesús".
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