jueves, 16 de febrero de 2012

SALVADOS POR AGUA


En 1 Pedro 3:20 leemos donde dice: "Los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua..."

Todos conocen la historia de Noé y el diluvio. El pecado llegó a tal extremo que Dios decidió que la única solución era destruirlo todo, y empezar de nuevo – "borrón y cuenta nueva."  Noé obedeció y salvó a la raza humana de total extinción.  Pero, ¿cómo es que fueron salvadas por agua?  O sea, quiero que note que fue el agua que los salvó. ¿Cómo puede ser eso?

El agua los salvó porque mantuvo a flote el arca en que fueron salvados. ¿Qué sí hubieran estado en una cueva? Se hubieran ahogado, porque eventualmente el agua cubrió toda la tierra.  Tenían que estar en el arca que a su vez podía flotar.  Aún si los hubiera colocado en el monte más alto, no se podrían escapar.  Pero, al estar en el arca, la misma agua que estaba destruyendo la tierra los estaba salvando a ellos manteniéndolos por encima de esa destrucción.

El Apóstol Pedro trae esa historia del pasado al presente y la usa en forma ilustrativa de como nosotros somos salvos hoy.  Analicemos lo que el dice.

En el  versículo 21 de ese mismo capítulo de 1 Pedro 3, nos dice que el "bautismo nos salva." ¿Cómo? "Salvados por agua".

El arca los salvó de la corrupción que había en la tierra.  Todo lo que no puede pasar por agua no es salvado sino ahogado.  El agua era el derramamiento de la ira de Dios.

En el tiempo de Noé todos pasaron por las aguas, pero solo ocho salieron vivos por estar en el arca (Cristo).  Hoy todo el mundo esta bajo la ira de Dios.  Romanos 3:23 dice: "Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios." Pero al ser bautizados, pasamos por la ira de Dios (puesto que el bautismo representa muerte y sepultura en Cristo, nuestra arca), y salimos al otro lado salvos.  Al salir de las aguas bautismales, los bautizados son gente resucitada (en Cristo). Colosenses 3:1 dice: "Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios."

El Diluvio, o sea el agua, salvó al pueblo limpiándolo de la maldad y el pecado que hacía que descendiera la ira de Dios. El mundo pasó por un bautismo de agua para poder ser salvo, sino hubiera sido completamente destruido.  El agua quitó y lavó la maldad del mundo. La raza humana fue salvada por un "nuevo nacimiento."

Ahora, esa agua física, no podía en sí quitar el pecado espiritual sobre la tierra.  Pero, si podía cuando respondía a una intervención y un mandato de Dios.  Así también, el bautismo esta asociado con el quitar del pecado y hacer que comencemos de nuevo, o sea, nacer de nuevo.

O como dice Pablo en Romanos. 6:4 "Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva."  Tu mundo necesita ser destruido por agua (bautismo) para empezar de nuevo con Dios.

Ahora, esto no quiere decir que el acto exterior en si salva, sino que necesita ser acompañado de "la aspiración de una buena conciencia hacía Dios".  La señal visible y exterior no salva sino va acompañado de "una buena conciencia hacia Dios" - algo interior. Lo exterior es necesario, porque lo mandó Jesús, pero también se necesita de lo interior.  O sea que, no es algo mecánico, sino "Arrepentíos y bautícese..."

Quitemos por un momento el paréntesis que se halla en éste versículo 21, recordando que un paréntesis es algo de lo cual se puede prescindir, es algo añadido solo para aclarar y explicar mejor. "El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva... por la resurrección de Cristo". Al leer ese pasaje de esa manera, nos señala algo tremendo del bautismo, y es que, la crucifixión, muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo le dan valides al bautismo.

Rescatados de las aguas.

Moisés también se salvó usando un arca. Cuando era un bebé, fue salvado de la orden de Faraón, que todo niño varón israelita tenía que morir al nacer.  Pero su madre lo colocó en una arquilla (una pequeña arca) y puso su fe en Dios para que El  salvara a Moisés.  Esa arquilla lo mantuvo a flote hasta llamar la atención de la hija de Faraón la cual lo sacó de allí.

Los bautizados son gente "rescatada de las aguas."  Cuando nos bautizamos en el Nombre de Jesús, le llamamos la atención a Dios y El se compromete rescatarnos, salvarnos.

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