El 8 de Octubre de 1955 llegaron al Caquetá procedentes de un lugar "La Morena" departamento del Valle, tres familias; entre ellos los Mancera y los Leal, Emilio Mancera, Dolores Mancera de Leal junto con sis hijos Dora Beatriz, Mariela y Jaime; y Alberto Mancera sobrino de Emilio, los cuales se establecieron en un sitio denominado el Quebradon del Anayá, jurisdicción del municipio de El Paujil.
Dichas familias habían conocido el mensaje del Evangelio y el nombre del Señor Jesús y ahora por razones que Dios conocía los trajo a estas apartadas regiones de la geografía colombiana para sembrar la preciosa semilla de la vida eterna, el Evangelio.
El Quebradon de Anayá en ese entonces era zona selvática, mas o menos a tres horas de El Paujil, porque para esa apoca no existían las vías de acceso que hoy tenemos, ni las comodidades de que hoy gozamos, pero ellos venían con la misión de anunciar el nombre de Jesucristo.
El hermano Emilio Mancera, autorizado por el hermanos Saul Ramirez, quier era pastor en la morena (Valle), comenzó a evangelizar a sus vecinos inmediatos y a celebrar cultos en su propia casa, muy pronto se comenzó a mirar el fruto de su labor, pues se convirtió al señor, Tomas Zambrano y su esposa Nohemi Gonzalez después de que el señor Jesucristo hiciera un milagro en esta, quien se encontraba grave de salud; poco después fueron bautizados junto con otros dos hermanos por Noel Ospina.
Estos fueron la preciosa primicia en las riveras de rió Anayá.
También abrió las puertas de su casa para que se anunciara el Evangelio, Faustino Cortes.
De esta manera el Señor Jesucristo añadía a su iglesia las que habrían de ser salvos.
A cuatro horas de camino por la selva en un lugar llamado "El Mariposo", a donde se llegaba por unos barrizales, se convirtió Tiberio Leal, su esposa Lucila de Leal y una familia de apellido Jimenez (Los cuales están en el Putumayo), constituyéndose en ese sitio un grupo de creyentes.
Ante eso, el hermano Emilio Mancera hizo saber esta buena noticia al hermano Saul Ramirez (esto ocurrió mas o menos diez meses después de haberse instalado en el Caqueta), para que viniesen a celebrar los bautismos, primeros frutos de la obra en el Caqueta.
El hermano Ramirez, acompañado de los hermanos Alfredo Montenegro y José Rodriguez, se desplazaron al Caquetá en busca de la familia Mancera.
Al llegar a la localidad de la Montañita, les informaron que en un lugar llamado "El Mesón" había un grupo de evangélicos; los visitantes creyeron que se trataba de las personas que buscaban, se dirigieron hacia el mencionado lugar; pero una allí, se enteraron que era un grupo de personas trinitarias que pertenecían a una iglesia denominada "La Alianza" quienes eran visitadas por el misionero Federico Smith.
El hermano Saul Ramirez y sus compañeros, al percatarse de la doctrina que tenían, les hablaron del Nombre de Jesús y se les permitió hacer culto. Esa misma noche aceptaron a Cristo como su salvador y al día siguiente se bautizaron en el nombre del Señor Jesús un total de 13 personas, entre los cuales se hallaban Cenon García, su esposa y su hijo Daniel, el hermano Delio Amaya, Sumilda Sanchez y otros cuyos nombres desconocemos.
De esta forma el señor iba guiando a los hermanos para ir donde hubieran almas que necesitaran la doctrina Apostólica.
El grupo de personas que habían venido del Valle continuaron la búsqueda de la familia Mancera hasta encontrarlos, y una vez ocurrido bautizaron a los que allí estaban esperando. El hermano Saul Ramirez le encomendó al hermanos Emilio Mancera que siguiera visitando a los nuevos convertidos que habían quedado en "El Mesón" y a efectuar cultos allí.
Hay que anotar que desde el Ánaya hasta el Mesón, habia que camnar aproximadamente 8 horas.
De esta manera, quedo conformado un precioso grupo de hermanos en el Ánaya, El Mariposon y El Mesón. Los cultos en estos lugars quedaron a cargo del hermano Emilio.
EMPIEZA LA PERSECUCIÓN
Los hermanos del Mesón fueron acusados por el Inspector de la Montañita de estar adelantando reuniones de carácter subversivo. Por tal razón mientras se celebraba un culto un día sabado, fueron detenidos algunos de ellos junto con los simpatizantes que habían concurrido, y trasladados a la ciudad de Florencia donde permanecieron encarcelados por espacio de 13 días; al cabo de los cuales el misionero trinitario de nombre Federico Smith, ignorando que ellos ya eran bautizados en el nombre de Jesús, hablo ante las autoridades competentes, siendo finalmente liberados.
La obra en el Caqueta siguió adelante y los hermanos Saul Ramirez, José Rodriguez, Eduardo García y Alfredo Montenegro la visitaban periódicamente.
EL EVANGELIO LLEGA A OTROS PUEBLOS
Cuando la obra del Señor se estaba desarrollando en el área rural, llego a El Paujil el hermano Justo Alvarez y comenzó a evangelizar a la población. El primer convertido en ese sitio fue Pablo Niño, una vez juntos continuaron la labor del Evangelismo hasta conseguir una puerta abierta en casa de un sabatista, donde se celebro el primer culto.
A la primera reunión de carácter espiritual celebrada en El Paujil comparecieron los hermanos de Anayá y El Mesón.
El señor se manifestó grandemente, pues dos niñas sordomudas fueron sanadas. Esta milagro despertó interés en la gente por oír la palabra de Dios y desde ese momento se necesito un lugar propio para seguir predicando, y muy pronto los hermanos aunaron esfuerzos y adquirieron una casa.
en ses entonces ya era pastor en Nieva el hermano Noel Ospina, a quien se le encargo la obra en el Caqueta, este puso como primer obrero en El Paujil al hermano José Marulanda en el año de 1956.
Al año siguiente fue trasladado y en su remplazo llego el hermano Pablo Aponte, quien fue el que construyo la primera capilla en ese lugar.
En el año de 1960 sucedió otro milagro; esta vez la niña de nombre Rubiela, hija de Vicente Montoya, había muerto, entre tanto que el cuerpo sin vida yacía por espacio de 13 horas sobre una mesa esperando su sepultura, entraron los hermanos Justo Alvarez y Gabriela Lozano; los citados creyentes sintieron la necesidad de orar, y pidiendo permiso lo hicieron y la niña resucito.
Este milagro fue el motivo para la conversión del hermano Vicente Montoya y su familia.
Dios lo estaba necesitando para el Santo Ministerio, pues en ese mismo año se abrió la obra en El Doncello, quedando como obrero el hermano Montoya.
Iniciada la obra en El Doncello, al hermano Vicente Montoya le toco sufrir la intolerancia de la gente de ese lugar pues le arrojaban grandes cantidades de piedras durante la realización de los cultos y hasta ir a la cárcel por acusaciones de la autoridad Eclesiástica (de la religión popular) quien no podía soportar que se predicara el Santo Evangelio en ese localidad.
En ese mismo año (1960) se abrió la obra en Puerto Rico, donde quedo establecido como predicador el hermanos Alfredo Joaqui a quien le toco sufrir por lo difícil del terreno, pues para trabajar había que caminar mucho y navegar por el rió Guayas haciéndole frente a la inclemencia del tiempo y soportar la pobreza, pues llego el momento en que solo tenia una camisa para celebrar los cultos.
En 1962 es trasladado de El Paujil el hermano Pablo Aponte y en su reemplazo llegó el hermanos Alcibiades Gonzales, quien llego a ocupar el cargo de segundo vicepresidente de la iglesia y fue miembro del Consistorio de Ancianos.
Posteriormente llegaron a El Paujil los hermanos Celimo Ninco, Alfonso Flores, Félix Caro, Marcos Carrillo, Hector Valencia, José Sarria, Gabriel Segura, y actualmente se encuentra el hermano Nelson Bermudez.
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