martes, 12 de marzo de 2013

EL MINISTRO COMO:

Preparado por:
Pastor: Edilberto Ortíz (Director de Misiones Nacionales)

Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús”. 2 Timoteo 2:1-26.

Servir a Dios es un gran privilegio y más en los lugares que Dios nos ha puesto como directivos, líderes, pastores y administradores de la iglesia, esto debe hacernos reflexionar para buscar la excelencia, la cual alcanzaremos en una posición de formación y aprendizaje continua, diaria y hasta que Dios nos tenga en su voluntad, en la segunda carta de Pablo a Timoteo encontramos un escrito de formación y aprendizaje para el ministro Timoteo.

Pablo escribe en condiciones muy difíciles estando desterrado en una cárcel romana, esperando su juicio en la persecución que Nerón había propiciado a los cristianos, solo acompañado de Lucas. Hay un vivo deseo de ayudar al desarrollo de la obra a través del ministerio de Timoteo, es a él a quien va dirigida esta carta final, dándole a este discípulo o hijo espiritual como muchos lo llaman, unas pautas importantes para su ministerio, Pablo al escribir usa en el capitulo dos unas ilustraciones o metáforas para su buen entendimiento y esencia de lo que quería que Timoteo entendiera en cuanto al desarrollo de su vida como ministro de Jesucristo.

Estos escritos de Pablo son principios formativos que llevaban un objetivo especial hacia el ministerio de Timoteo y de igual manera serán de muy buena ayuda para no olvidar nuestra
posición y diferentes roles que debemos desempeñar como directivos y pastores.

I. EL MINISTRO (DIRECTIVO) COMO SOLDADO:

Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado”. 2 Timoteo 2:3-4.


1. Timoteo fue reclutado, escogido para estar en el campo de batalla (Hechos 16:3 Quiso Pablo que éste fuese con él; y tomándole…)

a. Estamos seguros que fuimos llamados, escogidos para estar en este trabajo, en este campo de batalla, de la administración de la iglesia como directivos y como pastores, así como:

i. Dios escogió a David: entre siete hermanos, con perfil de Reyes tanto que Samuel quería ungirlos, pero Dios tenía su escogido, y aun cuando su familia no lo mostró, Samuel lo
preguntó. 1 Samuel 16. Habían mejores que nosotros pero Dios nos escogió.

ii. A los doce: de todos los que vinieron él llamó a los que él quiso, a los que él le plació, (Después subió al monte, y llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él. Y estableció a doce,
para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar. Marcos 3:13) Dios quiso llamarnos y aquí estamos por su gracia.

iii. Dios nos llamó: nos reclutó, nos escogió para ser soldados y estar en el campo de batalla, no lo olvide; eso debemos sentirlo como el fuego que sintió Jeremías.

2. El tiempo era de persecución por los imperios contrarios al evangelio, especialmente el de Nerón, y Pablo le muestra un panorama a Timoteo de lo que iba acontecerle, Pablo dice: todo buen soldado sufre penalidades, o trabajos como lo dice la versión 1909 (Tú pues, sufre trabajos como fiel soldado de Jesucristo.) Penalidad (Trabajo aflictivo, molestia, incomodidad.)

a. Como buenos soldados hay un camino que debemos recorrer y es obligatorio; en este trabajo son: las penalidades, momentos de aflicción, de molestia e incomodidades, sufrimientos como directivos; con pastores, con sus familias, con iglesia y otros que rodean el campo de batalla, el directivo o pastor.

b. El directivo, pastor o líder que no quiera enfrentar o pasar estos sufrimientos está en el lugar
equivocado, esto hace parte de la batalla. (Juan 17:15 No te ruego que los saques del mundo,
sino que los guardes del maligno. Versión las Américas)

3. Estamos en un campo de batalla. El directivo y pastor debe ser consciente de esto, por lo tanto debemos: a. Estar atentos y no descuidarnos, nosotros y el distrito, (1 Pedro 5:8 Sed sobrios, y velad…)

b. Prepararnos y entrenarnos, (1 Timoteo 4:13-15

c. No enredarnos, ni descuidar las responsabilidades y estar dispuestos (1 Reyes 19:19) d. Ser obedientes a las órdenes encomendadas. (1 Samuel 15:22)

e. Saber que no es por nuestra fuerza, sino por Jesús que está a nuestro lado y que ganaremos. (1 Samuel 17:45)

f. Ayudar y no abandonar ninguno de los demás soldados aun cuando estén heridos. El directivo debe ayudarlos.

4. El objetivo de cada soldado es agradar aquel que lo tomó, lo llamo y confió en él: 

a. Cada directivo con su trabajo debe agradar a Jesús, los hombre fallamos y en ocasiones no valoramos el trabajo, pero hay uno que ve el trabajo y lo recompensará en público.


II. EL MINISTRO (DIRECTIVO) COMO ATLETA:

Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. 2 Timoteo 2:5

Pablo familiariza en varias ocasiones el Atletismo en palabras como corre, carrera, corro y otros (1 Cor 9:24,26. Gal 2:2, Fil 2:16, Rom 9:16) mostrando el desarrollo de los juegos Olímpicos y aplicándolos al trabajo de cada uno.

1. Pablo le dice a Timoteo que él está en la carrera, dentro del trabajo, es participe del ministerio, lo compara como un Atleta.

a. Debemos ser consciente que todos estamos dentro de la misma carrera y el mismo equipo (directivos, administradores de la iglesia), todos somos corredores. Estamos aquí y con la
ayuda de Dios seguiremos en esta carrera.

b. ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento
lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su
recompensa conforme a su labor. Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. 1 Corintios 3:5-9

2. Como corredores debemos perseguir una meta, un objetivo, un blanco, de lo contrario ¿para qué correr?, o ¿por qué la carrera? Cada directivo debe tener una visión, debe tener una meta en su distrito, un objetivo que perseguir. Igualmente como pastor, debemos tener un por qué trabajar, un por qué vivir.

a. Pablo lo dice claramente: (Filipenses 3:12-14 No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.)

3. Para ganar el premio hay que tener algunas cosas: Disciplina, respeto, obediencia, Honestidad. Por diferentes que sean los corredores todos deben someterse a las mismas
reglas de la carrera. Cada directivo, pastor y líder, debe acogerse a las mismas reglas. No hay campeones sin sacrificio, no hay éxito con personas indiferentes.

a. La disciplina nos ayudará a ser mejores cada día, a vencer los obstáculos y tener una vida ordenada para alcanzar la meta.

b. La Obediencia nos ayudará a ser fieles y guardar lealtad para ser corredores de confianza.

c. La honestidad nos ayudará a terminar la carrera con tranquilidad y honor, ayudando a otros corredores, sin empujarlos y enseñándoles a alcanzar la meta final.

III. EL MINISTRO (DIRECTIVO) COMO LABRADOR:

El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero”. 2 Timoteo 2:6.

Vemos la figura de un hombre trabajador: es un agricultor, un labrador, el cual sabe que su trabajo no es en vano sino que este traerá fruto y se goza y disfruta de ellos.

1. El Trabajo del directivo y pastor es en bien común, no trabajamos para nosotros solamente o individualmente.

a. Unos hacen una parte, vendrán otros que continuarán la otra parte, yo disfruto de lo que otros hicieron y otros disfrutaron de lo que yo estoy haciendo, de esta manera trabajemos con alegría e ímpetu, sabiendo que el uno no es más que el otro.

b. ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento
lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su
recompensa conforme a su labor. Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. 1 Corintios 3:5-9

2. El trabajo del directivo y pastor es de paciencia, los frutos no se van a ver de inmediato, pero la satisfacción es que hicimos parte del propósito de Dios, para alcanzar esos frutos.

a. Hay momentos que el directivo o pastor se desanima o desespera por no ver los frutos, o quizás no gozar aun de su trabajo, pero la biblia dice: (Gálatas 6:9 No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.)

b. (Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad. Hebreos 11:13-16)

3. Regla general del labrador: para ver, tener y gozar de los frutos, primero hay que trabajar. los sueños, deseos, anhelos de usted como pastor y como directivo se harán realidad, pero
primero hay que trabajar. No hay niño sino hay parto.

a. Los frutos no vienen de la noche a la mañana, si 
pretendemos tener éxito en el distrito y en la iglesia debemos trabajar, no hay otro camino, no hay otra opción.

b. Dios espera que sus siervos trabajen para gloria de él, Parábola de los talentos: el hombre esperaba que los siervos trabajaran los talentos y ellos sabían que debían trabajar por que el Señor vendría a pedir cuentas. Mateo 25:14.

c. Aunque no tenemos un marcador de horarios, ni una planilla donde rendir cuentas, el Señor espera que trabajemos con honradez como las hormigas: Proverbios 6: 6-11.

IV. EL MINISTRO (DIRECTIVO) COMO OBRERO APROBADO:

“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse…” 2 Timoteo 2:15.

El obrero, el siervo de Dios, el directivo, el hombre de Dios debe ser aprobado.

1. El ministro, el directivo, el pastor, debe ser una persona intachable, de buena reputación en todas sus áreas, recordemos que la clave está en depender siempre de Dios: (…porque separados de mí nada podéis hacer. Juan 15:5.)

2. Aprobado frente a Dios, a la iglesia, a la comunidad, a la familia, a los dirigentes de la iglesia y a sí mismo. (Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, Hebreos 12:1)

3. Aprobado frente a la economía, a la moral y la administración o trato con los demás. (Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres. 2 Corintios 3:2)

4. No tiene de que avergonzarse: no esconde, no tiene una barrera, no tiene una parte que no pueda enfrentar, las decisiones se toman en segundos pero quedan para toda la vida, cuídese de tomar una de ellas a la carrera y perjudicando su aprobación como ministro de Jesucristo:

a. Esos problemas son como: Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor al perfume del perfumista; así una pequeña locura, al que es estimado como sabio y honorable. Eclesiastes: 10:1

b. La gran vida del Rey David quedo marcada, por el pecado con Betsabe. 

V. EL MINISTRO (DIRECTIVO) QUE TRAZA BIEN LA PALABRA:

…que usa bien la palabra de verdad. 16Más evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. 17Y su palabra carcomerá como gangrena” 
Timoteo 2: 15-16.

Timoteo recibiría ataques de falsos maestros, como hoy en día lo tiene la iglesia y que como directivos debemos velar por que se guarde y se enseñe la sana doctrina:

1. El directivo o pastor debe estar al cuidado de los ataques de vientos de doctrinas. (Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos. 2 Timoteo 2:17)

2. Debemos estar al cuidado de que la palabra sea bien trazada, como el trazo del que construye, de quien tiene un plan claro en mente, por dónde llevar las personas. 

a. Debemos tener cuidado de los conceptos personales y no bíblicos, (6Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad.)

b. Con las fuentes de libros que estudiamos para trazar la palabra, hay que mirar pero retener lo bueno.

3. El pastor y directivo debe preocuparse por llevar un buen alimento a sus ovejas o pastores en caso del directivo, sacar tiempo para estudiar y orar, donde el mensaje se entienda y su
auditorio salga edificado por que la palabra estaba bien trazada.

a. Dios tiene pastos para sus rebaños: (Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. Juan 10:9)

b. Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos. Jeremías 15:16.

c. El tiempo de la enseñanza y el púlpito hay que usarlo para la palabra.

VI. EL MINISTRO (DIRECTIVO) COMO INSTRUMENTO DE HONRA:

El principio de saber que somos instrumentos nos ayudará a depender de Dios y estar limpios para que él nos use. El servidor que es aprobado y traza bien la palabra, colocando en claro el principio y fundamento bíblico, podrá ser un hombre útil para Dios.

1. El ver a Dios obrando casas maravillosas a través de nuestras vidas es algo realmente especial, pero para ellos debemos hacer lo que hemos estudiado.

a. De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. Juan 14:12.

2. Instrumento: es algo que se usa, presta un servicio, está dispuesto, ha sido creado con ese fin.

a. En momentos necesitamos que el alfarero haga de nuevo la vasija, puesto que nos llenamos de algunas cosas y defectos que detienen los planes de Dios para con su obra. Jeremías
18. 1-6.

3. En una casa grande hay varios utensilios, procuremos ser utensilios de honra, buenos para que él nos use y nos tenga en cuenta, nos es por lo que planeemos para ser usados, sino por
nuestra fidelidad y limpieza.

a. Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo; El que ande en el camino de la perfección, éste me servirá. Salmos 101:6.

4. El que Dios nos use debe inspirar a otros para que sigan a Cristo y presten un mejor servicio, con nuestro servicio de honra, honremos a Dios.

a. Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo. 1 Corintios 11:1.

b. Cuando habían pasado, Elías dijo a Elíseo  Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Elíseo  Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí, Reyes 2;9

VII. EL MINISTRO (DIRECTIVO) COMO SIERVO DEL SEÑOR:

Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él”. 2 Timoteo 2:2

Las alturas y los privilegios son regalos maravillosos de Dios pero por ningún motivo permitamos que esto desvié nuestra condición y posición de siervos, debemos seguir guardando nuestra humildad, los cargos y otros terminan; la vida continúa.

1. El directivo o pastor debe gozar de amabilidad,  mansedumbre, ya que el trato con los pastores y la iglesia es muy continuo.

a. Manejar el temperamento, aun cuando no se esté en el mejor día. (Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. Mateo 11:29)

b. Saber decir las cosas con respeto y prudencia, sin abusar de la autoridad, ni subestimando a los demás. (La blanda respuesta quita la ira; Mas la palabra áspera hace subir el furor. Proverbios 15:1)

c. La relación con los demás será la balanza del éxito para seguir liderando y sirviendo a Dios. (Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y
predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo Mateo 9:35)

d. Debemos tratar bien a los que se oponen, ya que con nuestra actitud los podemos ganar.

2. El sentido de servir: el gran ejemplo lo puso Dios: (Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. Marcos 10:45)

a. Debemos ir más allá y servir aun cuando no lo esperen: (Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos. Lucas 17:10)

3. Las posiciones no solo son privilegios sino deberes y responsabilidades, si practicamos bien la humildad y el servicio ganaremos a muchos para el Señor.

CONCLUSIÓN:

Pablo le enseña a Timoteo un perfil del ministro, ilustrado en todos los personajes o roles antes estudiados; que Dios nos ayude a reflexionar para que actuemos en el momento indicado y de la forma indicada como soldados, atletas, labradores, para ser ministros aprobados y transparentes; trazando bien la palabra que es nuestra guía, para que Dios nos use y seamos instrumentos de honra sin olvidar que somos, y seguiremos siendo siervos. Para decir al final
de la vida:

He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida. 2 Timoteo 4:7

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